Comentando exclusivamente sobre el capítulo 5 del libro, el autor refleja muy bien documentado, como se quería eliminar a los puertorriqueños de forma sistematizada. Es interesante leer y horriblemente realizar como cada año más de mil mujeres se sometían a un proceso de esterilización sin su conocimiento y consentimiento de forma sistemática. Este escenario se repitió a través de toda la isla hasta que llegó a un punto máximo de una tercera parte de todas las mujeres de Puerto Rico. Esto nos llevó a alcanzar la incidencia de mayor esterilización femenina en el mundo (Denis, 2015, pág. 34).
En 1937, la ley federal 136 legalizó la esterilización en Puerto Rico aún por razones no médicas (1). En una declaración recogida en el periódico del New York Times 1928, menciona que el presidente Calvin Coolidge escribió: "Hemos encontrado que la gente de Porto Rico es pobre y afligida, sin esperanza de futuro, ignorante, asolada por la pobreza y plagada de enfermedades, que no conoce en qué consiste un gobierno libre y democrático".
En ese contexto llegó a Puerto Rico el Dr. Cornelius Rhoads, que según él hizo una brillante movida de trabajo a la isla, pues el galeno tenía planes ulteriores. Educado en la Universidad de Bowdoin y en la Escuela de Medicina de Harvard en 1924. Establece un laboratorio de investigación en el hospital Presbiteriano de San Juan. Al poco tiempo de su llegada le escribe una carta a un amigo investigador en Boston. La misma la escribe después de un incidente en donde encuentra su vehículo vandalizado y aún bajo los efectos del alcohol al regresar de una fiesta, comenta en la carta:
"Estoy a punto de obtener un magnífico puesto aquí y estoy tentado a tomarlo. Sería ideal si no fuera por los puertorriqueños que son, sin duda alguna, la raza humana más sucia, haragana, degenerada y ladrona que ha habitado este planeta. Te enferma tener que cohabitar la misma isla con ellos. Son peores que los italianos. Lo que la isla necesita no es trabajo de salud pública, sino un maremoto o algo que extermine por completo a toda la población. Entonces será habitable. Yo he hecho lo más posible para adelantar el proceso de su exterminación matando a ocho y trasplantándole cáncer a varios más [...] Todo médico se deleita en abusar y torturar a estos sujetos desafortunados".
La carta fue descubierta por alguien y se formó un gran escándalo. Se realizó una investigación por parte de la fiscalía de San Juan y confirmaron que de los últimos trece pacientes de cáncer fallecidos en el Presbiteriano, ocho habían sido pacientes de Rhoads. Este doctor nunca sufrió consecuencias profesionales por sus actos, ni fue procesado por tales delitos. Eventualmente, en la Segunda Guerra mundial fue nombrado coronel y jefe de medicina en la División de Armas Químicas del Ejército de los Estados Unidos y premiado con la Legión del Mérito en 1945.
Al escuchar toda esta nueva ola de disturbios en contra de las minorías y poder ver la trayectoria de una de la naciones con más desigualdades y problemas de supremacía blanca, uno se cuestiona que no hay imperio que dure eternamente. Los Estados Unidos tiene internamente la semilla de su propia destrucción.
Al escuchar toda esta nueva ola de disturbios en contra de las minorías y poder ver la trayectoria de una de la naciones con más desigualdades y problemas de supremacía blanca, uno se cuestiona que no hay imperio que dure eternamente. Los Estados Unidos tiene internamente la semilla de su propia destrucción.
(1) Kent C. Earnhardt, Development planning and population Policy in Puerto Rico, (San Juan Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1982), 28
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